Ladrón de mis pensamientos

Te invoqué y resucitaste, mi amado poeta,
para que pueda beber de la delicia de tus palabras y alimentar mi alma del maná que pronuncian tus labios.

Te necesité y acudiste en mi ayuda, mi poderoso mago,
para salvarme de la fría soledad que rodeaba mi existencia y deslumbrarme con un mundo desconocido.

Te soñé y te volviste realidad, mi eterno deseo, 
para acompañar cada uno de mis pasos y respirar el aire que respiro.

Mi poeta, mi mago, mi sueño... 
Me diste a probar de la felicidad divina,sin ti la vida perdería todo sabor y nada tendría sentido.

Asesina

Observo cómo te marchitas. Tu rostro se destiñe y tu mirada se pierde.

Triste me miras buscando consuelo. Sediento me pides la magia que sobra, caricias perdidas y sueños deshechos.

La vida gotea sus últimos suspiros. El tiempo no corre, sólo se desgrana...

Te hiero y sufres. Te ignoro y te secas. Te mato en silencio...

Más cerca...

¡Al fin! hoy fue el día... por primera vez me atreví a acariciarte. Tu piel mucho más suave de lo que imaginaba... tu voz delicada al hundir mi caricia sobre tu pálido rostro... suspiro cuando viene a mí ese instante...

Esperé paciente a que estemos solos de una vez, y me acerqué, supe que era el momento... ya no podía reprimir este deseo que me invadía cada vez que te veía en algún sitio diferente... te sorprendí, lo sé... pero sé que también te agradó...

Al deslizar suavemente mis dedos tuve la certeza de que si en algún pasado no estuvimos juntos, en algún futuro lo estaremos... nos conoceremos, te lo aseguro. Aún no debemos... lo sé... no voy a engañar a mi fiel amante de voz suave y aguda... todo a su tiempo... somos eternos...